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iittties 20 de Setiembre de 197fe
POPULA!?
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"Los avisos
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Entre el 18 y el 24 de Octubre de este aíío un extraño fenómeno ha de observarse en las usualmente apacibles calles de Toronto : cientos de personas tratando de movilizarse rápidamente de un punto a otro de la zona céníridja. Esa será la muestra visible de que el primer Festival de Festivales ha comenzado.
Los. desplazamientos de espectadores, por» que se trata de un festival cinematográfico; se deberán a que hay programadas unas cien (100) películasc Con la singular particularidad de estar repartidas en salas distantes entre sf lo suficiente como para obligar a recurrir a medios de transporte ^ y por exhibirse en horarios consecutivos»
WÜliam Marshall, jefe de organización del Festival (y su creador), se ha ocupado de seleccionar **la ctema de los grandes fes» tivales de cine del mundo'*, la que constituirá el núcleo del festival. Habrá füms de los festivales de Los. Angeles; USA^í Taormina, Italia; Moscú, URSS; y Karlovy-Vary, Checoes]|}¥aOTÍa; Berlih, Alemania; Cannesj F^rancia; Edimburgo, Escocia; ;/ Támesis, Inglaterra.
Se agrega, también, a la proyección de filmes, discusiones técnicas sobre la pro^ ducción cinematográfica, edición de films^ y una visión de cómo se hace' una pelfculao La opulencia que ha caracterizado al gobierno federal eii otras empresas no aparece en el Festival de Festivales. Marshall salo ha conseguido $ 19,500 de la Secretaria de Estado para gastos de producción.
Consecuentemente, no hay estrenos de films ^'importantes**, Yjfa lista de invitados tiene muy pocas confirmaciones, ninguna de **estreUas'%
Un film queJ ha dé concitar la atención de muchos en la comimidad Latinoamericana en Canadá s "Actas de Marusia*', del director chiieáoj exiliado en México, Miguel Littin. Basada ei| hechos reales acaecidos en Chile, tiene contenido polftico canalizado en forma semi-documental; contando como protagonista al italiano Gian Maria Volonte^ Muchos de sus actores son chüenos exiliados. La mdsica es de Müds Theodo-rakis (Zorba, el Griego; ''V'X Habiendo analizado las debilidades de esto Festival de Toronto, que, por su ambicioso programa, fue calificado de **un acto de considerable brayura'* por el Secretario de Estado ífugh FauUoier, los crfticos de cine Canadiense^ tienen mudias reservas acerca de sus posibilidades de éxito. Para Hobert Martin, por ejemplo^ la preocupación de los organizadores debería haberse centrado en la definición clara de objetivos. Dice Maitin **Por el momento pare« ce que el festival vacila estéticamente. No tiene identidad en la comunidad cinematográfica y los prc$)i¿s organizadores parecen no saber qué' ciase de festival quieren tener' .
Porque hay muchas clases de festivales^ se pregunta ^Martin i "Será educacional? Una serie de conferencias, presentaciones y demostraciones está planeada en la Ci-nesfera -de la exposición Ontario Place-, aunqí» todavía no se ha hallado a nadie que
las conduzca. Será una exposición comercial? Todavía los organizadores no han dado indicación de qué quieren, o de qué están i^reparados para manejar, un merea= do cinematc^áfico como el de Cannes, por ejemplo* Será un *top óf the pops' del cine , mostrando únicamente los mejores films ^ como el ttoo. de ■■Festival de .Festival^
sugiere? .No> con 'la actitud desmañada y'. de presentaciái por cabeza, tipo ^tengamos mía muestra retrospectiva de Roger Gorman', que prevalece ahora". Resulta desafortunado que Canadá arriesgue su prestigio internacional miá vez más e^^^^^^^^ 1976, el ano de la ciudad olímpica incom» pleta, con gTandes.posifoñ'idades de un^s^^ gundo fiasco consecutivo» Hay 4 tipos de pases que permiten asistir a distintas actividades en el Festivaio y si al gobierno le,. cjiesta,'barata'' 'la. celebra-cióuy a usted no^ Dependiendo de lo que quiera hacer j--los - pases ' cuestan G, 25, 50; y 150 dólares. 0)ónde habrá ido a parai^ tanto dinero recaudado en loterías ^ que a-hora **no hay'^ ni para festivales?). . . Para escépticos ^ está programado un Dfe de Canadá, en el que para los que no creen que aquí se hace cine,^ se proyectarán varios de los films que compitieron por los Premios al Film Canadiense, pero que, gracias a que los exhibidores cinematográficos dependen directamentedeÜSA¡, nunca se han visto antes. El espacio se necesitaba para películas de quinta caí perode USA.
A pesar de ello, hg^ eme. canadiense,, y
tan bueno como para ganar, por un premio en Cannes como él otorgado al film **L8S Ordres" de Michel Brault La notoria debilidad financiera de los product tores de füms Canadienses tiene su ori» gen y su causa permanente en la doraina-ción extranjera en el área clave de la exhi-bici^fe comercialo Sin salas de exhibición, importantes en nfehero y calidad, a di$«^ de ios productores Canadienses,
sus ingresos por boletera son Ínfimos. Sin capital suficiente, la industria cinema-* tográfica debe' contentarse con sobrevivir. ■ aduras^penaso , 'y
'Dice' el' crftico cinematográfico. Marshall . Delaney5 ' 'Debido a que una porción mayo-rltaria de la economía Canadiense perte° Bece a extranjeros, las ganancias tienden a,salir ,'dei.pafe y ios propietarios de la': estructura industrial muestran sólo iin interés marginal en la actividad empresa-ria, la investigación, o el diseno Canadienses» Ellos tienen sus propias Meas y diseños, listos pai'a ser traídos de Detroic o de donde sea<, Lo- que es la causa de que, aunque los Canadienses construyen muchos autos cada 'año, no;hay' tal.. cosa como un auto Canadiense, en el sentido de que h^, autos Suecos o autos Italianos." Pero ia dependencia económica tiene muchas facetas, y, continua Delaney, /'en la indus* tria del cine este problema adquiere proporciones titánicas I los distribuidores y propietarios de salas de exhibición, teniendo respaldo y orientación Estadounidense © Británica, muestran sólo elmás mihinio Interés en films Canadienses -«ellos dispo'-nen ■ del: producto de la casa matriz para . promover». Así que,.^ cuando ;ios Ganadien- . ses. • se ias ■arreglan. para crear^ mi .film con ial - comercial, le falta recibir la pro-, ion que podr& convertirlo en un éxito/' Ante- este-tlíK).. de sdación resulta impres-^ ■ cmdifele @l:-respaldo- giifeernamental para la ■ produeciéi cJnem.atográfiea». ; ■ Más• .allá '-de.. las: raqúñicas sumas otorgadas a directo.-res ^dependientes y en forma de premios, lo que hace falta es la fijación de una cuota,- una proporción.de.films Canadienses.a ser exhibidos obligatoriamente en cada sala cinematográfica deipafe. Una cuota inicial mfiíima del 50%; para pasar al 75% cuando la industria del cine se haya establecido fimementeJ ' ■; ^' Los exhibMores, sosí^chando ya que la bonanza no ha de durarles para siempre, se han autoestablecido una cuota voluntaria, por la que films Canadienses son proyectados un n&ner© especSico de semanas^ Sin em-baigoj la realidad es ia misma %. una casa-matriz en el extranjero determinando^ la;.. cantidad' d® films.'. Canadienses que. los Ca-.
deben ver en sus filiales en.ei s. y quedándose con la g^anciao
La centena de füms extranjeros que se pro-
yectarán en el Festival de Festivales Mostrará otra de las consecuencias del manejo de la distribución y exhibición dé füms por USA en Canadá : la pérdida de identi*' dadnacional, -Cada uno de los países representados tiene *%u*' cine,, uno que refleja su particular sensibñidad, la forma de ser de sus ciudadanos ^ su individualidad* Un füm japonés no lo es simplemente porque sus actores y director lo sean sino porque nos trae, condensada en la total integración de la estructura del fflm¡^ un aspeqto de la vida en Japón/ a través de una percepqión ja^ ponesa.- -
CanMá, en cambio, carece de una expresión nacional en cine; reflejo de una Isi-tuación general de dependencia cultural respecto a USA? El contenido de la pro-» gramación de cualquier medio de comuiii-i cación proviene de USA, o es copia aguada de algo hecho allí El pais carece de mitos nacionales que simbolicen las caracte» r&ticas de los Canadienses, o las cii^-teráticas que los Canadienses aspiran a tenero' ■ , - .
.El ■,coYíboy;,':el maíiosop o el detective soá algunas de las muchas im^enesmftif as que los Canadienses reciben de USA, aceptándolas son privados ^de crear las propias. Esa aceptación proviene del menosprecio por la propia historia del pais que aparece 'aburrida" en comparación con la del Tío Sam. Explica el escritor Fierre Berton : /'Cuando la gente dice que la historia Canadiense es aburrida lo que en realidad están diciendo es que les gustaría que fuer-ra historia Estadounidenjíe, que es la tínica historia que los medios de comunicación nos proveen^ La Igjstoria de Estados Unidos e$ por cierto diferente; pero no más interesante que la nuestra. Es verdad que no nos sublevamos violentamente contra el rey Jorge m, ni que intentamos masacrarnos los unos á los otros en una de las más sangrientas guerras civiles^ y que no enviamos tropas de caballería i a nuestro propio Oeste piara exterminar a los indios. La falta está en que no reconozcamos nuesixas propias epopeyas." La solución de un problema comienza al ccmocerse la causa del mismo. Para ej cine Canadiense, producto cultural de una sociedad dependiente, el camino recién se ■'inicia. ■ ■ ■
* 'Actas ■ de Msmsia^'-', íSm '^áí: chileno
Littiiip.s© verá en el Festival de Festl^aleSa