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ÉDITORiAt
La confeíericia celebrada hace pocas semanas en Nairobi, Kényá, con el auspicio de las Naciones Unidas para marcar la culminación de la Década de la Mujer fue ciertainente un éxito, incluyendo a grandes promesas para mejorar la situación dé la mitad de la humanidad de sexo iemenino; Pero en eí seno de las propias Naciones Unidas la situación ^ mucho menos pro metedora que lo que podría sugerir aquel evento.
Ese es ^^1 problema con que debe vérselas la Sra, Mercedes Pulido de Briceno, una Venezolana que fue designada, recientemente Coordinadora para la Mejora del'Status i dé la Mujer en el secretariado de la organización, concediéndosele para ello el rango de Asistenta del Secretario General.
La Srá. de Briceno, quien ocupó en su país el cargo de Ministra y fue miembro del gabinete de Venezuela, tiene mucho trabajo ^^p^ í Los mismos gobiernos cjue en Nairpbi se esmeraron en presentar una faz " progresistaen el área del trato de las mujeres, en las Naciones Unidas aplican una clara discrimiñaeión eñ sü con-
Como resultado, M bien el 44 96 de los cargos del personal de las Naciones Unidas están ocupados por mujeres,'la gran mayoría dé ellas son empleadas en tareas típicamente "fétneninás", tales como las dfe secretarias, oficinistas y labores de servicio.
La discriminación también afecta a los salar ios, Gori los hombres promediando 44.000 dólares (E.U.) anuales, mientras qué las mujeres de las Naciones Unidas promedian 27.000 dólares por año.
La misma renuencia á designar mujeres a los más altos cargos gubernamentales en muchos países ha resuJtado que en las Naciones Unidas no haya ninguna mujer ocupando alguno de los 27 puestos de Subsecretario General, y sólo cuatro de ellas hayan sido designadas Asistentes del Secretario General entre los 2 5 cargos disponibles.
Entre los puestos de tipo profesional, sólo el 22.5 96, o unos 700, han sido asignados a mujeres por los gobiernos de los 159 países integrados á las Naciones Uñidas.
La verdadera naturaleza de las afirmaciones y promesas de igualdad para las mujeres se vuelve evidente en la consideración de la nómina de profesionales designados por los gobiernos de
■diferentes, ideologías.^
Es así que, de los 313 cargos proíesionales reservados para las naciones Comunistas del Este Europeo, apenas í4, o menos del 5 %, fueron asignados a mujeres por ios gobiernos Marxistas-
Leninistas. .
En el caso de las naciones democráticas de Europa Occidental, á las que les corresponden 685 cargos profesionales, 182 de éstos fueron cubiertos con mujeres, o el 26 96 de ese totaL
Además del obvio prejuicio ideológico contra la igualdad de los sexos que tales cifras revelan, la Sra. de Briceno debe enfrentarse con los obstáculos religiosos y culturales de naciones que, claramente, no viveiV en 1985 sino que repiten las ideas distorsionadas de siglos atrás.,Por ello, no es raro que diplomáticos acreditados ante las Naciones Unidas usen a sus secretarias de la organiz,ación como si fueran sirvientas personales, tal como lo hacen en sus respectivos países.
Con el fin de iniciar las reformas necesarias para la igualdad entre los seres humanos de distinto sexo dentro de una institución dé; ya cuatro décadas de existencia que se basa precisamente en la idea de lá igualdad y dignidad de todos los seres humanos ■ la Coordinadora para lá Mejora del Status de la Mujer presentará él mes próximo un informe y reconien-daciones detalladas a la A?ps||p Gener >
La eliminación del patria^c|> allí reinante no depende, sin embargo, de-^ías^v^-i^^ y promesas que puedan fofrnuíár fe representantes gubernamentales, sino de la yolüntad real de cambio entre los políticos de los respectivos países.
En Canadá, se ha áyah¿§dó ¡bastante en el reconocimiento dé lo obvio i; que las mujeres merecen ser tratadas con igualdad y que debe facilitárseles el camino hacia esa igualdad. " Pero no todos los hombres involucrados en la política Canadiense han evolucionado al mismo ritmo, y parece que por lo menos algunos de ellos vivirían muy cómodamente en situaciones de clara desigualdad como la que bendice en Irán el Ayatoílah KhoimehL
Uno de tales individuos lamentables es el Diputado federal David Nickerson, quien representa al distrito del Ártico Occidental en los Territorios ^ -del Noroeste. ,'.
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, vieri^, 13 <áe setiembre de 1985.-
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13 Dundas St.West ronto, Orilarlo Canada M6P-1
Tel: 5 31 — 2495 Y 531—2496
En julio, el Sr. Nickerson, un miembro de la bancada Conservadora, golpeó malamente a su esposa; Madeleine, en el hogar de la pareja en Yellowknife. Como resultado de esa agresión, ella sufrió magulladuras en la mejilla, pecho y.muñeca, así como la hinchazón de un ojo.
El Diputado federal fue multado 350 dólares por una Corte territorial debido al incidente y se, ha reintegrado a las actividades, de los Comunes
Si bien su presencia fue recibida con abucheos demandas de que renuncie, el tomó lo ocurrido como si fuera una diversión, calificando a lo que hizo como " una cuestión privada/'
No lo es, y sienta, además, un pésimo ejemplo para todos los que aquí viven. Para no mencionar a su efecto sobre la imagen que de Canadá se tiene en el extranjero. j
El Primer Ministro Brian Muironey debe exigir la renuncia dé su banca al Sr. Nickerson, quien obviamente nó ha alcanzado aún el grado necesario de civilización como para merecerla.
EN ÉL
VIDEO SE BUSCA OCULTO EN UN
MONTEVIDEO .- Todos los días, al caer la noche, el bullicio de un trépano eléctrico quiebra eí silenció del^ cementerio Central de ésta capital y durante seis horas desaparece la paz de l^s tumbas. Dos técnicos en perforaciones, un ingeniero, üri escribano y una pequeña anciana desafían el frío invernal y los helados vientos que silban entre árboles, mausoleos y par^téones, en la búsqueda dé un legendario tesoro supuestamente oculto desdé hace siglo y medio. En realidad, los cinco personajes no hacen sino seguir los paisas de vLas Masélotti", dos hermanas de origen italiano que hace 20 años emprendieron la misma tarea, en la que persistieron infructuosamente hasta poco antes de morir a fines de la década de 1960. Desde entonces, él "tesoro de las Masilotti" ha sido para los montevideanos sinónimo de una quimera. Pero a despecho de incrédulos, la señora María Sofía Gutiérrez de Valdés sé lanzó la semana pasada en pos del im-.^jposible.-
M¿nuda, rigurosamente abrigada, la dama comtempia. callada, el trepidar de la máquina sobre el cemento, segura dé que el cateo dará con el laberinto de túneles que dice existe bajo el cementerio, enclavado en él centro capitalino.
Obtuvo, autorización de la Intendencia Muñicipál para perforar en la necrópolis y demostrar la existencia de la catacumbas - algo que sería de inestimable valor histórico para ja ciudad % y luego localizar el tesoro, que incluiría la tiara del Papa Pío ÍX, una reliquia sagrada también in-valorable. . ■
"Está por aclararse un secréío que guardé celosamente
durante 42 añpS", dijo caminando entre las penumbrosas callejuelas del cementerio construido en el siglo XVI, y donde reposan antiguas familias de la tradicional aristocracia mpntev ideana. Doña Sofía, como prefiere ser llamada, dice contar con ía información que le transmitió su esposo Pablo Valdés García, un marino uruguayo muerto en 1943 a bordó dé un buque mercante griego torpedeado por los alemanes durante una travesía desde puertos ingleses a América del
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Valdés García, según su viuda, volvía de Londres, donde había ido a buscar fondos para splventar la búsqueda del tesoro, cuya localización le había sido revelada por el sacerdote José Cátala Moyano, párroco del cementerio Central hasta su muerte en 1940. Doña Sofia afirma que el tesoro de las Maselotíi - descendientes de un cardenal italiano de ése apellido que vino á América hacia 1820 trayendo consigo valiosas joyas eclesiásticas, incluyendo la tiara papal - fué escondido en 1847 junto al d§|. dtique español José Cátala y Codina; abúeió del cura que prefirió"'No tocarlo ni legarlo". "Las Masilotti excavaron en seis ocasiones, pero siempre lo hicieron én lugares equivocados", dijo la mujer. "En cambio, yo lo haré en el sitio correcto", aseveró con total convicción.
La dama logró persuadir a las autoridades municipales de que le permitieran perforar hasta ocho metros, una profundidad a la que espera encontrar la altura de las bóvedas de "Ése laberinto de túneles y vericuetos que existen aquí abajo'*; explicó.
En caso de éxito, la Municipalidad intervendrá entonees excavaciones, contribuyendo llegado el caso a
desentrañar ei misíerso del tesoro, que contendría joyas, monedas de oro y documentación ^ La señora Gutiérrez Valdés, como denunciante de la supuesta fortuna escondida - estimada en 60 millones de dólares, sin tomar en cuenta el valor histórico de las reliquias tendrá derecho al 50 por ciento del eventual hallazgo.
"El resto le corresponderá a la Municipalidad, como propietaria del tereno", dijo el escribano Francisco Guillermo Arrospide, obligado testigo oficial de las perforaciones nocturnas. Arrospide debe verificar los trabajos y controlar el horario establecido para realizarlos, de seis de la tarde a 10 de la noche, durante 15 días. "Si existe el tesoro, mi trabajo será labrar las respectivas actas e inventarios", añadió.
Respecto de una posible corrida de presuntos o reales herederos - por lo menos cuarenta familias aguardan el desenlace, asegurando tener derechos el esciribano condicionó sus pretensiones a la existencia, junto al tesoro, de documentos probatorios de que los valores enterrados pertenecieron a los Masilotii, los Cátala, los Cociiria o sus incontables descendientes. "De no haber tales documentos, la señora Valdés llevará probablemente su 50 por ciento", agregó. Los dos técnicos y el ingeniero - restantes protagonistas déla búsqueda - también recibirán su tajada. Pertenecen a una empresa especializada en perforaciones y ex-, cavaciones que trabaja, a porcentaje, con la anciana; "Pero está convenido que, si no existe el tesoro - cosa que la dama no paga*-, sentenció doña Sofía,