\2 EDITORIAL
EL POPULAR, viernes 24 de julio de 1987
ENSUEÑO
El Premier de Ontario David Petersojí está deshojando la margarita electoral, y su^ fecha preferida para un comici© provincial parece ser el 10 de Septiembre, ^n la convocatoria a las urnas a tener lugar el lunes 3 de Agosto. Otras opciones aisu disposición incluyen al 17 de Septiembre y el 1 de Octubre.
Las encuestas indican una cómoda victoria Liberal, sea cual fuere la fecha escogida por Peterson, pero el líder provincial del NDP, Bob Rae, promete una lucha intensa por los votos del elec-torado, mientras que el jefe de los Con» servadores, Larry Grossman, llega a afirmar que su partido ganará la elección ' aunque, al mismo tiempo, subraya que un comicio resulta innecesario en un periodo en que el oficialismo no con-fronta crisis alguna en la Legislatura.
La razón, sin embargo, existe: es la finalización de la vigencia del pacto de ios Liberales con el NDP, que permitió la llegada al poder de los primeros luego de . íñás de cuatro décadas de hegemonía Conservadora en la provincia. El acuerdo, escrito y público, tuvo una muerte natural el mes pasado y Peterson puecie argumentar ahora con fun» damento que necesita un claro mandato de la ciudadanía.
Hasta ahora, la estrategia seguida por el góbiierno Liberal había sido de centro» . izquierda, debido en gran medida al compromiso de cumplir con lo prometido ai NDP para que firmara el pacto. En términos generales, y desde la perspectiva 4eV—ciu^M^ss-í^^S^ no hay
demasiadas diferencias aparentes entre las posturas del NDP provincial y aquellas enunciadas por el oficialismo. De allí que Rae confronte una labor . cuesta arriba para diferenciar a su partido de los Liberales y, a la vez, cosechar la buena voluntad ganada por el NDP federal* bajo el liderazgo de Edward Broadbent. En el mejor de los casos, los Socialdemócratas de Ontario pueden aspirar a retener ias bancas ahora en su pbder y quizás ganar algunas en manos de Diputados Conservadores, debilitados tanto por la deslucida actuación de 1 Grossman como por el rechazo
generalizado de los lories federales del Primer Ministro Brian Muhoney.
En verdad, él próximo comicio provincial no constituye un desafío de importancia para los Liberales debido al hecho fundamental de haber heredado una economía en buenas condiciones y en proceso de expansión. El equipo de Peiterson no tuvo nada que ver con el presente *boom' de los empleos que vive Ontario, particularmente en Toronto Metropolitana, aunque goce ahora el halo protector generado por una situación tan beneficiosa desde el punto de vista político.
Si algo puede acreditarse con justicia al gobierno Liberal es no haber cometido» gruesos errores ni traspiés evitables, algo aparentemente imposible para Mulroney en el nivel federal. También a diferencia de éste último, Peterson no exhibe una tendencia al zigzagueo en procura de evitar la responsabilidad por sus decisiones.
Esa particularidad de su carácter se manifestó públicamente durante la huelga de los médicos de la provincia en relación al pago de sus honorarios por el seguro de salud (OHIP). En lugar de evadir responsabili^des en una situación tan riesgosa, Flíirs^ se mantuvo a la vez calmo y firine.
La próspera ecom>mfa provincial ha permitido, sin emÍ5¿^go, que el Premier se dé el lujo de actUar.4¿sdeñosamente hacia el único %^#ilo que asegurar el futuro desirrollo misma. ^ •Cc.^-v.^j:*^
Peterson, quien gobierna a la provincia con la mayor concentración de in-dustrias, entes financieros y medios de comunicación con impacto nacional de todo el país, dice oponerse a un pacto de libre comercio con Estados Unidos y s© especializa en hallar cada día un g^pecto diferente del mismo que no le place.
En esta área, los Liberales también se asemejan en sus posturas al NDP, lo que significa que ambos partidos proviniales pretenden ignorar el hecho obvio de que al Sur de la frontera se encuentra el mercado más rico y deseado del mundo. • ■ Curiosamente, :el dúo rechaz;
acuerdo que permitiría que los productos de Ontario tengan acceso asegurado a EE.UU. a la vez que el resto de las naciones exportadoras, desde aquellas del Tercer Mundo que sólo pueden exportar recursos naturales hasta las de mayor industrialización en Occidente e incluyendo, por cierto, a las que se encuentran bajo regímenes Marxistas-Leninistas, sólo pueden soñar con librarse de las barreras aduaneras Estadounidenses.
Es de esperar que la decisión tomada esta semana por el Senado Estadounidense sobre el comercio exterior haga descender a Peterson de las nubes de ensueño donde parece residir, despejándole la mente acerca de los peligros inminentes para, ias exportaciones de su provincia.
Por amplia mayoría, los Senadores aprobaron un proyecto legislativo de. neto tono proteccionista que levanta aún más barreras a las importanciones, varias de las cuales afectan directamente a Canadá.
Entre las mismas se cuentan restricciones a la importación de acero Canadiense (cuyas ventas a EE.UU. totalizaron 1,3 billón de dólares en 1986) y carne de cerdo (483 millones de dólares el año anterior), el establecimiento de asistencia especial para los refinadores de azúcar de aquel país que pondrán en desventaja de precios a los exportadores Canadienses, y medidas para impedir en la práctica que empresas Canadienses obtengan los lucrativos contratos para la defensa ofrecidos al Sur de la frontera.
Ominosamentev también se amplia en d proyecto de ley la definición de lo que constituye un ^'subsidio injusto" por parte de naciones que exportan a EE.UU., ampliándose asi ias posibilidades de imponer tarifas penalizadoras a una variedad de exportaciones Canadienses. Un previo proyecto de ley sobre el comercio ex« terior de cariz proteccionista aprobado este año por la Cámara de Diputados incluía a una variante de esa medida, de manera que- es. - muy probable - que la
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misma sobreviva las negociaciones que desarrollaran los Senadores y Representantes para compatibilizar sus respectivos proyectos de ley, con el produao resultante estando listo para la firma del Presidente Ronald Reagan antes de fin de año. , Reagan, enemigo declarado del proteccionismo que están promoviendo demagógican^ente los legisladores Demócratas, ha prometido ejercer el vetó Presidencial sobré el proyecto de ley conjunto si éste-^igei5arreras injustas a \d& importaciones. Pero tal veto necesitará de la colaboración de por lo menos. 35 Senadores Republicanos (sobre un total de 46 entre 100 bancas Senatoriales) para resultar efectivo, y esta semana sólo 27 de ellos se opusieron ai proyecto de ley de los Demócratas.
El peligro de la imposición de drásticas medidas proteccionistas alSur de la frontera antes de que termine el año es, por ello, muy real. Canadá verá suíw-^^y comercio con EE.UU. (con exportaciones por unos 90 billones de dólares e importaciones de productos Estadounidenses por 77 billones de dólares durante 1986), y la principal provincia afectada será Ontario.
Su economía én expansión comenzará a contraerse, y volverá a sufrir el flagelo del desempleo.
Peterson debe abandonar, por ello, su ' postura poco realista acerca del libre comercio con EE.UU., contribuyendo en cambio a la obtención de un acuerdo equitativo antes de que sea demasiado
LA CRISIS DE LA DEUDA
IGUE R
NDO LAS RECETAS FÁCILES
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LONDRES - Los bancos están probando una táctica tras otra en su lidia con la problemática deuda del Tercer Mundo.
Algunos se están reestructurando y otros reducen su cupo de créditos, no solamente para el Tercer Mundo. También han intentado la venta de algunos préstamos del( Tercer Mundo y ahora están tratando de convertir otros en inversiones en los países endeudados.
"Pero se cambia un clavo por otro clavo, y uno se sigue quedando con un clavo'\ dijo un banquero francés que actúa en Londres.
Según el Fondo Monetario Internacional, los bancos ti^en pr^tados unos 410,000 millones de dólares a países en desarrollo y 160,000 millones a bancos del Ter° cer Mundo. Ese volumen crediticio transnacional no incluye los préstamos que pudieran haber efectuado sus subsidiarias locales.
Pero mientras que otras crisis de endieudamiento 4a de los productores rurales del oeste medio, la de los petroleros de Texas y Oklahoma- han desatado quiebras i de bancos, los economistas dicen que lo que están en juego en el Tercer Mundo es demasiado para que ios gobi^nos permitan que_éso_suceda. ;
Es casi un articulo de fe para loseconomistas que los gobiernos no dejan que gran^ bancos, comp los que ; prestaron al Tercer Mundo, vayro a la quiebra. Él efecto de quiebras de esa magnitud seria una tal contracción del ^ crédito que llevaría a la crisis económica generalizada. ^ . Pero si el problema de la deuda amenazara con volverse incontrolable, una solución seria que los gobier» nos occidentales bombearan dinero a sus teconomíiiis, el
suficieníe'para mantener la solvencia de los bancos y la . disponibilidad de créditos, que dice Skyes Wilford; economista de la firma inversora bancaria Drexel Bur» eham Lambert en Londres.
Ello, sin embargo, implicaría la inflación.
"Los depósitos bancarios estarían a salvo", señala. "Pero simplemente perderían valor*.
Hasta ahora los grandes bancos de hecho han pasado a la columna de incobrables el valor de los préstamos a países del Tercer Mundo apartando miles de millones de dólares para cubrir posibles pérdidas.
Dos grandes bancos británicos también han hecho lo mismo, y uno de ellos, el Midland Bank, ñnanció en parte la medida cbn la venta de operaciones en el República de Irlanda, Irlanda del Norte y Escocia.
Bankamerica, banco californiano que alguna vez fue el primero del mundo, ha vendido activos y pedido a los japoneses que inviertan 350 millones de dólares en él.
**Vamos a ver bancos que se consolidan y vamos a ver gente que se va al hoyo", dijo Wilford. "Es por éso que estamos empezando a oír hablar tanto de superbancos que aparecerían en los Estados Unidos".
El mes pasado, altos funcionarios estadounidenses lanzaron la idea de un posible levantamiento de las restricciones legales que limitan a la myor parte de los bancos estadounidenses a hacer negocios en un solo estado y les impiden intervenir en bonos y acciones.
La idea seria crear en todo el país un puñado de superbancos que estén mejor capacitados para competir con ios grandes bancos japoneses y europeos en los mercados internacionales.
Entre tanto, la privatización de la banca estatal fran»
cesa, significó miles de millones de dólares de nuevos capitales en un momento en que los bancos necesitan capital para superar la crisis de la deuda, dicen los
El Lloyds Bank de Gran Bretaña se ha* retirado del mercado de los eurobonos -bonos emitidos por gobiernos o compañías, que se emiten fuera del país en cuya moneda están denominados- que producen tres billones y medio de dólares al año, para concentrarse en Ibs rubros más rentables de su operatoria, medida que los analistas bursátiles pronostican que será emulada por otros bancos, • '
"La clave para que los bancos aumenten su rentabilidad será su capacidad de reducir costos", dijo ' William Vincent, analista de la filial londinense de la í compañía de inversiones bancarias Salomón Brothers.
Asi, la crisis de la deuda, pese a que no costaría a los depositantes sus depósitos bancarios, podría significarla tener que desplazarse más lejos para llegar a su agencia bancaria, o recibir una mayor porción de los servicios bancarios mediante terminales electrónicas automatizadas, o directamente tener a su disposición una gama menor de servicios, dijo Viácent.
Vincent, al igual que, muchos analistas bancarios, pronostica que virtualmente no habrá préstamos bancarios nuevos al Tercer Mundo, y cree que los bancos están cada vea menos interesados en prestar dinero a la industria. I
"La diferencia se compensará con créditos personales a altos intereses a gente ¡oon|o yo", dijo Vincent.